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Una economía a favor de la vida

La decisión del Tribunal Supremo de EEUU¹ por la cual ha sido revocada la emblemática sentencia del caso Roe v. Wade ha tenido múltiples consecuencias en el país norteamericano. 

La principal de todas ellas consiste en que un gran número de estados norteamericanos ha restringido el acceso al aborto dentro de su territorio. Negando el hecho de que la Constitución de EEUU confiera a las mujeres el derecho al aborto, la sentencia de la Corte Suprema ha devuelto a cada uno de los estados la competencia de regular esta práctica. El resultado ha sido que sólo 10 de los 50 estados que conforman Estados Unidos han mantenido el libre acceso al aborto sin ningún tipo de restricción.² Este cambio legislativo a favor de la vida ha llevado a determinadas empresas estadounidenses a refrendar su apoyo al aborto y a ampliar su Plan de Beneficios para Empleados de manera que son las propias compañías las que asumen los gastos de viaje y alojamiento de las trabajadoras que quieren abortar y no pueden hacerlo en su Estado de residencia por cuestiones legales.

Desde Altum Faithful Investing nos hemos aproximado a las compañías para obtener información de primera mano sobre esta nueva política corporativa y así tratar de comprender qué ha llevado a grandes corporaciones a oponerse a la sentencia del Tribunal Supremo y sobre qué argumentos han basado su decisión de asumir los gastos de viaje relacionados con el aborto.

El resultado de esta consulta ha sido sorprendente:

  • El 68% de las compañías con las que nos hemos puesto en contacto (todas ellas con grandes departamentos de Investor Relations) no nos han querido proporcionar la información solicitada. 
  • Del 32% que sí ha respondido, compañías como Accenture, Nordstrom o H&M han confirmado que cubrirán el acceso al aborto cuando sus empleadas no puedan acceder a él en un radio de entre 80 y 150 km, dependiendo de la compañía. Otras han compartido con nosotros su política y, en algunos casos, han señalado el límite de la cantidad que pagarán a sus trabajadoras para financiar esos gastos. La suma más alta de la que Altum ha podido tener conocimiento asciende a los 7.500 dólares.

Ante la decisión de asumir estos gastos y la posterior negativa a ofrecer al público información clara al respecto el inversor podría preguntarse:

  • ¿Por qué las compañías que publican oficialmente su decisión de cubrir los gastos de viajes para abortar pagan a su vez grandes cantidades de dinero por violación de derechos de esos mismos trabajadores? ¿Existe una preocupación real por el bienestar de la sociedad y de los trabajadores? Resulta paradójico que la empresa de servicios financieros Wells Fargo, por ejemplo, pagara en 2021 más de 400.000.000 dólares en multas relacionadas con lavado de dinero, discriminación laboral o violación de privacidad, entre otros.
  • ¿Es bueno que las compañías entren a posicionarse en cuestiones que quedan fuera de su actividad y que tienen importantes connotaciones políticas y, en casos como el del aborto, fuertes implicaciones morales?
  • ¿Pueden los inversores exigir a estas compañías que deciden posicionarse ideológicamente que de la misma manera que publican anualmente los detalles de sus políticas de sostenibilidad (emisiones de carbono, ahorro de energía…) sean igualmente transparentes en ofrecer detalles sobre su implicación en temas como el aborto, la ideología de género o el respeto por la libertad religiosa?

Está claro que hay una corriente, que ya cuenta con varias décadas de bagaje, que ha llevado a muchas empresas a posicionarse en asuntos sobre los que antes no se pronunciaban. Antes, lo ideológico quedaba fuera del negocio y las empresas se enfocaban a desarrollar su actividad lo mejor posible cumpliendo con su papel económico y social. Hoy, sin embargo, las cosas han cambiado y parece más oportuno que nunca recordar aquello que enseñaba Juan Pablo II en la Evangelium Vitae: “No puede tener bases sólidas una sociedad que —mientras afirma valores como la dignidad de la persona, la justicia y la paz— se contradice radicalmente aceptando o tolerando las formas más diversas de desprecio y violación de la vida humana sobre todo si es débil y marginada. Sólo el respeto de la vida puede fundamentar y garantizar los bienes más preciosos y necesarios de la sociedad” ³.


1 Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, No. 19-1392, 597 U.S. (2022)

2 https://reproductiverights.org/maps/abortion-laws-by-state/ & https://www.nytimes.com/interactive/2022/us/abortion-laws-roe-v-wade.htmlhttps://www.nytimes.com/interactive/2022/us/abortion-laws-roe-v-wade.htmlhttps://www.nytimes.com/interactive/2022/us/abortion-laws-roe-v-wade.html

3 Juan Pablo II, Carta Encíclica Evangelium Vitae, 1995. Acceso en: https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae.html

Borja Barragán

Casado y padre de siete hijos, cuenta con 19 años de experiencia en banca de inversión. Tiene muy clara su vocación profesional: poner aquello que sabe hacer (inversión, economía y finanzas) al servicio del apostolado. Tras haber trabajado en banca de inversión en entidades internacionales (Bank of America Merrill Lynch, Royal Bank of Scotland y Goldman Sachs) fundó en Julius Baer el primer fondo de inversión de renta variable en España que seguía la Doctrina Social de la Iglesia: Temperantia. Con formación en Administración y Dirección de Empresas (ICADE), amplió su formación relacionada con el mundo de la inversión coherente con la fe (faith-consistent investing): – Harvard University (Boston): Sustainable Finance & Investments Program – Máster en Pastoral Familiar del Instituto Juan Pablo II – Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino de Roma (Angelicum) – Gestión de endowments y fondos institucionales – IESE. Hoy, es el fundador de Altum Faithful Investing, empresa de asesoramiento financiero que sigue los criterios del magisterio de la Iglesia Católica en todas y cada una de sus decisiones.